Lo del «lujo accesible» se ha demostrado en los últimos tiempos como una auténtica quimera. Se lo pueden preguntar a Michael Kors, la firma de moda estadounidense creada en 1981 y que fue pionera en el intento pero cuyo brillo ha ido languideciendo conforme en el mercado se acrecienta la brecha entre gamas y su ropa, sus bolsos y complementos han ido encontraban su mejor lugar en outlets de descuento y grandes superficies comerciales, que luchan por su propia supervivencia en EEUU. Pero Kors no tira la toalla y ha dado un paso en firme para intentar subir de nuevo al escalón del lujo, un ascenso que espera realizar calzando, cual estrella de Hollywood, unos choos.

Ayer se anunció un acuerdo de compra según el cual Kors desembolsará más de 1.150 millones de euros por Jimmy Choo, la compañía británica que fundaron en 1996 el zapatero malasio de ese nombre y la editora de accesorios del Vogue británico Tamara Mellon.

El trato, por el que se pagará una prima del 36,5% a los accionistas de Jimmy Choo respecto al valor de sus títulos antes de que la empresa anunciara que se ponía en venta en abril, ha recibido la luz verde de los dos consejos de administración y se espera que se cierre en el último trimestre del año.