Francisco González, presidente de BBVA, inició su carrera en 1964 como como programador informático, antecedente que explica su apuesta por la transformación tecnológica de la banca. Y no es cosa de los últimos años. En el 2000, durante su primera junta ordinaria de accionistas al frente de la entidad, ya dejó claras sus intenciones: «Solamente aquellas empresas que comprendan lo que supone la nueva economía y evolucionen hacia ella, sabiéndose desprender de sus adherencias del pasado, solamente esas triunfarán. Ese es, precisamente, el modelo de BBVA: aprovechar sus fortalezas y pilotar la nueva economía. Por eso, hemos emprendido un ambicioso proyecto de transformación».

Casi 17 años después y tras una ingente inversión en transformar el banco, en muchas ocasiones no bien entendida por sus competidores, su tesón ha sido reconocido por el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT). La institución ha publicado un trabajo de investigación en el que utiliza el caso del BBVA para explicar las características que distinguen a una empresa digital y sus líderes de otras que se han quedado rezagadas en la revolución tecnológica.

El trabajo, elaborado por los investigadores Peter Weill y Stephanie Woerner con la participación del propio González, advierte que «a una gran empresa ya no le basta con ser rentable; unos buenos beneficios la convierten en blanco de la economía digital. Es por eso que las grandes empresas tienen que cambiar». Los autores han realizado una encuesta a 413 empresas de todo el mundo y, explican, las líderes digitales han demostrado siete veces más innovación, el triple de rentabilidad y una experiencia de cliente de un 38% mejor que las digitales rezagadas.

¿Qué caracteriza a los líderes tecnológicos? El informe destaca tres características: prioridad digital («Piensan en todo momento cómo mejorar la experiencia de sus clientes, de sus empleados y sus operaciones por medio de la digitalización»), plataforma de servicios conectada, y coordinación de iniciativas digitales.