La Fiscalía de Stuttgart (sudoeste de Alemania) ha impuesto una multa de 535 millones de euros al fabricante de automóviles Porsche en el marco de las investigaciones sobre el escándalo de las manipulaciones de los datos de emisiones de sus motores diésel.

Según la fiscalía, la empresa no cumplió con sus «obligaciones de velar por la ejecución de las disposiciones legales sobre emisiones de gases contaminantes». Eso llevó a que los modelos de Porsche con motores diésel V6 y V8 -un total de cerca de 99.000 vehículos- no cumplieran con las exigencias que recoge la ley. Los coches afectados tenían un mecanismo que permitía que, en talleres, cuando se hacían las pruebas de control por parte de las autoridades, las emisiones de óxidos de nitrógeno fueran menores que las que realmente se producían en carretera.

El incumplimiento de la ley anticontaminación se castigó con una multa de cuatro millones de euros. Los otros 531 millones de multa se imponen por «las ventajas económicas que tuvo Porsche con la manipulación». La fiscalía fijó la cantidad considerando los beneficios obtenidos por los vehículos vendidos y descontando los costos que ha tenido Porsche para readaptar posteriormente esos coches.

Porsche, filial de Volkswagen (VW) y cuyo consejero delegado es Oliver Blume, ha aceptado la multa y no interpondrá ningún recurso. Deberá pagar la cantidad fijada en el curso de las próximas seis semanas. Sin embargo, con ello el caso no está cerrado para el fabricante ya que todavía hay procesos pendientes contra trabajadores de la empresa en el marco del escándalo.

Porsche no produjo los motores afectados sino que los recibió del fabricante Audi, al que ya la Fiscalía de Múnich impuso una multa de 800 millones de euros en otoño del 2018. VW ha tenido que pagar en Alemania una multa de 1.000 millones de euros por manipulación de los datos de emisiones contamiantes de sus motores diésel.