Aragón arrancó de la multinacional Siemens un gran compromiso: la diversificación de la planta de Zaragoza que garantiza la continuidad a una fábrica que casi era sinónimo de deslocalización. Fueron muy alemanes: todo cortesía, buena disposición y mucha fidelidad allí, en su terreno; todo muy lejano a la frialdad que despiden aquí. Lo que demuestra que viajes como el de Iglesias sirven para mucho.