El ministro de Energía, Álvaro Nadal, está preocupado por la incipiente proliferación de anuncios de promotores de energía renovable que pretenden captar a pequeños ahorradores para financiar sus proyectos. «Se está comercializando como un producto de renta fija y no lo es. Si alguien sabe donde se mete, nos parece bien. Pero hay que tener un buen conocimiento financiero y del mercado energético» advirtió ayer para intentar atajar una práctica que, de extenderse, podría dar lugar a escándalos como el de las preferentes.

En un curso en Santander de la APIE y el BBVA, se refería así a empresas que anuncian un interés del 7,5% a 30 años como una «inversión segura» y que solo explican en letra pequeña los riesgos y fluctuaciones que puede sufrir esta rentabilidad. «No es cuestión de prohibir. Lo que estamos haciendo es mirar si se hace publicidad engañosa. Si se está comercializando como un producto financiero algo que no lo es es competencia del Banco de España y la CNMV», sostuvo, instando así a los supervisores a tomar medidas en el asunto.

El Gobierno lanzó a principios de año la primera convocatoria para construir nuevas instalaciones renovables tras un largo periodo de parálisis y recientemente anunció que va a realizar la segunda en breve. El problema para los pequeños inversores es que la rentabilidad de estas plantas, sometida a una regulación «muy compleja», está ligada a diversos factores, como la evolución de los bonos del Tesoro o que se cumplan los plazos previstos para su construcción.

PROBLEMA REPETIDO / «Me preocupa que se utilice de nuevo el sector renovable como un producto financiero, no como uno industrial», advirtió Nadal. En los años del boom renovable muchos accionistas financieros invirtieron en estos proyectos por su alta rentabilidad, que a su vez provocó un problema en el sistema eléctrico al obligar a subir el precio de la luz para poder pagar las primas comprometidas. Ahora los promotores intentan captar a pequeños ahorradores.