El ministro de Energía, Álvaro Nadal, se comprometió ayer a defender la permanencia de las centrales térmicas de carbón, como la de Andorra, en Teruel, mientras España cumpla con los objetivos de emisiones de CO2, asegurando que este tipo de energía «tiene sentido económico», ya que su desaparición podría encarecer hasta un 15% el precio de la electricidad en los momentos de mayor demanda.

Nadal hizo estas declaraciones en la sesión de control al Gobierno en el Congreso tras una interpelación presentada por la diputada de Unidos Podemos Rosa Martínez, que le pidió un mayor esfuerzo por las renovables y «una transición justa para quienes viven en las cuencas mineras».

Nadal rechazó que la decisión de mantener abiertas las térmicas se deba al interés de grandes compañías, sino por el «impacto» de su cierre en «empleos» y «precios».