La negociación de los 205 despidos planteados por Hewlett-Packard (HP) en Zaragoza se inició ayer con buena predisposición para el consenso por ambas partes. Con la amenaza velada de una huelga inminente de la plantilla, la empresa ofreció en esta primera reunión una indemnización de 33 días con un máximo de 24 meses, por encima del mínimo marcado por la última reforma laboral (20 días con 12 meses) pero lejos todavía de las pretensiones del comité.

En la reunión, que duró cuatro horas, la multinacional hizo una explicación de los motivos del ajuste de personal, que afecta a la división HP Outsourcing (servicios informáticos a empresas). Entre las razones esgrimidas por la compañía, según fuentes sindicales, está la necesidad de reducir costes laborales, dado que la mano de obra es hasta un 70% más barata en otros países. Por ello, detrás del ERE hay una deslocalización de parte de la actividad que tiene en Zaragoza --en el edificio Barclays de Plaza--, que será derivada a centros de trabajo de Costa Rica, Bulgaria, Malasia, Filipinas e India, según precisó la empresa.

Por su parte, el comité y las secciones sindicales (CGT, AIT y CCOO) plantearon sus reclamaciones; la primera de todas que se reduzca el número de despidos. La parte social exigió que las condiciones de las personas que tengan que abandonar la empresas "sean las mejores", tanto económicamente como en medidas sociales. "Hemos planteado que haya voluntariedad en los despidos y prejubilaciones", dijo Ruben García, presidente del comité. La empresa fue "receptiva" a ambas cosas, por lo que "valoramos la predisposición" para negociar de la primera reunión. La plantilla se reúne hoy en asambleas, en las que deberán decidir si van a la huelga la próxima semana o esperan a ver cómo evoluciona el diálogo.