No tienen cara de estar a gusto. Más bien incómodos. A diferencia de sus compañeros de pose, los sindicalistas Cándido Méndez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (CCOO) no sonrieron la semana pasada cuando se pusieron en la foto con el Gobierno central y los empresarios tras firmar el acuerdo del Programa Extraordinario de Activación para el Empleo. No está el patio para muchas sonrisas pero tampoco está para ir a Moncloa a firmar unas migajas para muy pocos españoles, que el Ejecutivo puede dar por decreto, más en silencio, como hace con otras muchas decisiones. Total, se desarrolla algo que entra en la lógica de un Estado. O al menos debería entrar.

Pero la resolución deja mucho que desear. Porque resulta que durante seis meses, todos aquellos desempleados de larga duración con cargas familiares que hayan agotado toda protección por desempleo y estén buscando activamente trabajo recibirán 426 euros al mes. En total se beneficiarán más de 400.000 parados. O sea, uno de cada siete españoles sin trabajo y el Estado se gastará en semejante programa, como mucho, 1.200 millones de euros en un año.

Es una vergüenza si se tiene en cuenta que el Gobierno de Rajoy se está ahorrando bastante dinero en los últimos tiempos. Unos 10.000 millones de euros con la prima de riesgo, que a algún lado irán a parar. Y otros tantos, por lo menos, desde que el precio del petróleo está cayendo tanto y cuanto. Pero es que, además, ayer se supo que en los últimos tres años se han recaudado en multas de tráfico con los radares más de 500 millones de euros...

Si a todo esto unimos que ayer el Consejo de Ministros decidió aumentar solo un 0,5%, tres euros, el salario mínimo interprofesional y que las prestaciones a los jubilados subirán un 0,25% el año que viene, la vergüenza ante las migajas del Gobierno aumentan. Los sindicatos mayoritarios de clase no pueden hacerse fotos de satisfacción con un Ejecutivo que solo habla de euforia económica pero que luego tiene uno de los salarios oficiales más bajos de Europa y que no es capaz ni de darle una pequeña satisfacción a muchos españoles. El pago de 426 euros a quienes no tienen ni paro está bien, pero UGT y CCOO deben medir mucho sus aproximaciones al Gobierno. Porque hay fotos que ni de broma.