Nissan ha comunicado formalmente al Ministerio de Industria y a los sindicatos su intención de cerrar sus plantas en Cataluña. Cien años de la historia de la automoción en España quedan enterrados tras la comunicación llegada desde Japón. La firma automovilística echará el cerrojo a sus factorías de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu y dejará sin empleo a los 3.000 trabajadores que hasta ahora operaban en ellas. Los despidos pueden acabar elevándose en torno a los 20.000, teniendo en cuenta el impacto del cierre sobre las compañías de componentes y servicios que han trabajado hasta ahora para surtir al gigante nipón.

De hecho, ayer mismo, ya se apuntaló esta opción después de conocerse los nuevos planes de producción y comerciales de la Alianza de Nissan con Renault y Mitsubishi. La concentración geográfica de los socios y la atribución de segmentos de producto a cada marca dejó a Barcelona y a España con muy pocas posibilidades. El Gobierno convocará en los próximos días a Generalitat de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona, Consorcio Zona Franca y a las centrales sindicales para analizar conjuntamente la situación y estudiar diferentes escenarios de futuro.

Esta mañana

Nissan ha comunicado su decisión a los representantes de los trabajadores en la mañana de este jueves, pocas horas antes del anuncio oficial a la prensa. Trabajadores concentrados en la planta de la Zona Franca han prendido fuego a una barricada de unos 40 neumáticos a las puertas de la fábrica, tras conocer la noticia del cierre anunciada por el comité de empresa. Un millar de empleados han protestado a las puertas de la factoría y han cortado calles adyacentes mientras el Comité de Empresa se reunía con la dirección para conocer la decisión. En paralelo, trabajadores de la planta de Montcada i Reixac (Barcelona) también han quemado neumáticos y muebles.

Queda por resolver la continuidad de los casi 1.000 empleados que operan en las factorías de Ávila y Cantabria, que podrían integrarse en la cadena de distribución de las plantas francesas de Renault. Pues será el socio de la no siempre bien avenida alianza el que se quede con la cuota del mercado europeo.

El ruido de sables llevaba meses sonando y el signo del anuncio oficial no ha sido una sorpresa para más de uno. Las bajas producciones, el degoteo de modelos que eran reasignados por la alianza Renault-Nissan a otras plantas del grupo (o que desaparecían como el Pulsar) y 10 años sin inversiones de calado en las factorías españolas auguraban el final confirmado este jueves desde Japón.

La compañía ya evitó en mayo del año pasado, durante la negociación del último expediente de regulación de empleo (ERE), y que se saldó con 600 prejubilaciones, ofrecer a los trabajadores garantías sólidas de futuro. La crisis de la covid-19 ha acelerado lo que hace tiempo venía siendo la crónica de una muerte anunciada.

La sentencia con el coronavirus

La emergencia sanitaria ha precipitado la reestructuración global de la alianza Renault-Nissan, que desde hace años ha ido vaciando de a poco las plantas en Cataluña. La producción de Zona Franca, otrora la 'niña bonita' de los nipones en Europa y el segundo motor de la automoción en España (junto a Seat), operaba antes de la pandemia al 20% de su capacidad.

Las fábricas catalanas actualmente solo tienen asignados tres modelos (eNV200, Nissan Navara y Renault Alaskan), habida cuenta de que el Mercedes Clase X dejará de producirse este mismo mes. Serán los últimos, según han comunicado la dirección este jueves a los sindicatos, y pondrán fin así a 100 años de historia de la automoción en España. Pues la decisión del actual consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, pone fin a lo que empezó en Cádiz en 1920. De la mano de Ford nació Motor Ibérica y de la mano de Nissan (propietario desde el 1980) acaba en Barcelona.

El futuro

Ahora se abren alternativas y especulaciones. El futuro de la planta de Zona Franca pasaba por una especialización, concretamente en la electrificación. Caballo de batalla de las automovilísticas. También asoma la posibilidad de una propuesta de China, algo que se ha estado buscando también a nivel institucional, pero que desde la Alianza Renault-Nissan no estarían dispuestos a aceptar ya que abriría las puertas al gigante asiático en Europa. También se abre la opción de trabajar para otra marca o, incluso, albergar alguna de las nuevas empresas catalanas de movilidad eléctrica en eclosión.