En su papel de salvavidas del euro, el Banco Central Europeo (BCE) lleva desde el 2011 inyectando liquidez masiva a largo plazo y barata a los bancos para reactivar la economía del continente. El empeoramiento de la actividad del último año, agravado por la guerra comercial del presidente Trump, le llevó en marzo a lanzar una nueva ronda, cuyos detalles reveló el jueves. Eso sí, lanzó un mensaje muy claro a las entidades: quiere que el dinero llegue a hogares y familias en forma de crédito, y que no lo utilicen como otras veces para hacer dinero fácil con la deuda pública.

El 'carry trade' es una práctica bancaria que consiste en que las entidades toman dinero barato del banco central y lo invierten en deuda pública que paga mayores intereses. Luego devuelven el dinero a la institución a un tipo menor y se embolsan la diferencia como beneficio. Fue lo que sucedió básicamente entre el 2011 y el 2013, cuando en plena crisis de la deuda soberana el BCE halló en esta vía una forma de ayudar a los Estados pues había dudas legales y obstáculos políticos para que comprase los bonos directamente. Una vez despejados estos, el organismo creó incentivos a partir del 2014 para que la liquidez que prestaba se transformara realmente en crédito al sector privado.

Se trata en el fondo de evitar lo que la teoría económica conoce como 'trampa de liquidez', es decir, una situación en que una política monetaria expansiva no reactiva la actividad porque los agentes económicos prefieren conservar el dinero en lugar de invertirlo o gastarlo. Así lo dejó claro el jueves Mario Draghi, presidente del BCE, al asegurar que con las características que se han fijado para la nueva ronda se busca "minimizar la posibilidad de 'carry trade' porque el objetivo de los TLTROs (el nombre oficial de estas inyecciones de liquidez) es incrementar el crédito al sector privado, a la economía".

DESINCENTIVO

El banquero central, así, admitió que hay un "ligero desincentivo" frente a inyecciones anteriores. Los bancos que aumenten en un 2,5% o más sus créditos podrán beneficiarse de un tipo del -0,3% (devolverán menos de lo que recibieron), mientras que los que vuelvan a incurrir en la trampa y además reduzcan sus préstamos se verán penalizados pagando un 0,1%.

Los expertos estiman que puede ser eficaz para lograr que las entidades destinen realmente el dinero a hogares y empresas. "Parece que el BCE prioriza incentivar estructuras contra el 'carry trade' por encima de un apoyo más fuerte a la economía", señalan los analistas de Bank of America Merrill Lynch, que advierten de que los bancos no tomarán más de lo necesario. "A estos tipos de interés no vemos mucho 'carry trade' potencial, a menos que incurras en un riesgo de sensibilidad elevadísimo", abunda José Ramón Díez, director de estudios de Bankia.