La empresa Aragonesa de Componentes Pasivos S.A. aglutina alrededor de 80 trabajadores, exporta a 58 países en todo el mundo y su actividad se lleva a cabo con tecnología puntera desarrollada por la misma firma, por lo que desde la compañía se califica la situación de "catastrófica". Fuentes de la empresa mostraron su indignación con la política desarrollada por el Sepes, ya que "sigue en el absurdo, la prepotencia centralista y el abandono a la política industrial de Aragón". Las críticas son contundentes contra el Sepes, aunque también piden al Ayuntamiento de Tarazona y al Gobierno de Aragón que actúen y pongan manos en el asunto antes de que sea demasiado tarde "porque conocen la situación".

Asímismo, desde la compañía se insiste en que "no nos iremos de aquí por un error del Sepes y por su actuación impresentable", y "no estamos dispuestos a enviar a 80 empleados a la calle", por lo que "si es necesario, que venga el juez y nos encarcele". Finalmente, exigieron responsabilidades a los principales representantes del Sepes, y pidieron que, de una vez por todas, alcancen un acuerdo con la vecina.