Todos sabemos que en los últimos años la legislación laboral ha venido siendo modificada en favor de las empresas. Y a pesar de que siga insistiendo en todo lo contrario por determinados sectores, las facilidades para el despido en nuestro país son cada vez más altas. No obstante, cuando hablamos de despido, la legislación prevé una serie de garantías que no pueden ser vulneradas, sobre todo si hablamos de despidos objetivos.

Este parece ser el caso de Consum/Eroski. Esta empresa (una de las más importantes distribuidoras de alimentación de este país) ha decidido el cierre de una serie de centros y el despido de los 25 trabajadores que prestaban allí sus servicios, alegando causas económicas como consecuencia de la baja rentabilidad de los mencionados centros.

No obstante, y a pesar del cierre de estas tiendas, la empresa ha anunciado su pretensión de seguir invirtiendo en Aragón y, por tanto, de seguir creando empleo. Puede parecer contradictorio y hasta paradójico, pero ésta es una más de las nuevas formas de gestión empresarial que se están imponiendo: reducción de costes laborales a través del despido de aquellos profesionales con más experiencia pero más caros, y contratación de otros con menos experiencia pero más baratos. Con esta simple operación aritmética se logra una mayor competitividad reduciendo costes laborales, trasladando esta reducción a los precios de los productos. Este modelo de gestión no requiere de complicadas ecuaciones para tratar de hallar los umbrales de rentabilidad de un determinado negocio; sólo se requiere de una legislación que permita este tipo de prácticas; un entorno social y económico en el que mantener o perder un empleo se ha convertido en el elemento vital más importante y ante cuya disyuntiva nos vemos obligados a aceptar cualquier condición; y una sociedad en la que parece cobrar cada vez más fuerza la consigna del ¡sálvese quien pueda! .

Consum/Eroski ha sido, junto a otros grandes grupos de distribución, protagonista en los últimos años de un importante crecimiento tanto en cifra de negocio como en creación de empleo. Pero detrás de ese crecimiento ha habido un fuerte impulso de la Administración mediante la subvención a la creación de empleo y la financiación para la formación de los trabajadores. Estas medidas fueron pensadas para facilitar la contratación y la cualificación de los trabajadores, y requieren, por tanto, de una serie de contraprestaciones y compromisos de las empresas que se benefician de ellas para que no sean utilizadas de manera abusiva o fraudulenta.

Por ello, no es de recibo el despido de 25 trabajadores, muchos de los cuales llevan más de 20 años de servicio, superando en algún caso los 50 años de edad, en una empresa que anuncia al mismo tiempo nuevas contrataciones. Tal vez a algunos esta medida les parezca razonable, sobre todo a aquellos que piensan que para aumentar beneficios vale todo. Seguro que a los 25 trabajadores despedidos, en absoluto. Lo verdaderamente razonable es que Consum/Eroski abra las vías del diálogo y negocie alternativas a los despidos anunciados. Los trabajadores somos los primeros interesados en que las empresas funcionen y tengan beneficios. Pero este interés nunca debe entenderse que es a cualquier precio.