La nueva Fundación de Caja Inmaculada, con la que ha culminado la transformación de la antigua entidad financiera, se ha constituido con un patrimonio neto de 90,6 millones de euros que gestionará un patronato compuesto por doce personas y presidido por Juan María Pemán.

En una larga comparecencia ante los medios de comunicación, Pemán ha expuesto el proceso de transformación de la que fue la segunda caja más importante de Aragón, fundada por la iglesia católica en 1905, ahora integrada en Ibercaja Banco, del que la fundación es propietaria del 4,85 por ciento de su accionariado.

La fundación, cuyo patronato se constituyó ayer, tiene una plantilla de 45 personas, incluidos los empleados del Centro Joaquín Roncal, y su financiación dependerá de los beneficios financieros de la participación accionarial en Ibercaja, junto a otros ingresos fruto de su actividad cultural o el rendimiento de capitales.

Pemán ha destacado que el punto de partida de esta nueva etapa "es muy sólido" y tiene "muchas potencialidades", porque hay recursos patrimoniales y no se arrastran deudas, la marca CAI es "muy potente" en Aragón y se cuenta con un grupo de personas muy profesionales y solventes.

La fundación gestionará este año 2014 unos recursos cercanos a los seis millones de euros, un montante similar al que la antigua caja tenía en 1998, que se destinarán a la Obra Social en proyectos para favorecer la inclusión de las personas más vulnerables y en riesgo de exclusión.

Es "bastante menos de lo que nos gustaría", la crisis "ha pasado factura", pero está garantizada su sostenibilidad a medio y largo plazo, ha afirmado el presidente del patronato, quien ha reconocido que habrá que buscar "nuevas fuentes de ingresos" y elegir bien el campo de actividad. "Nos sentimos como unos supervivientes", ha dicho.

Pemán ha hecho también un balance del trabajo realizado por el consejo de administración de la CAI en los últimos cuatro años y medio, desde la salida como director general de la entidad de Tomás García Montes (2005-2009), contra el que la caja presentó una querella por presuntos delitos de apropiación indebida y administración desleal.

"No queremos mirar al pasado de forma obsesiva, pero en ocasiones como la de hoy hay que mirar un poco atrás y hacer un poco balance con el deseo de ir cerrando etapas" y concentrar las energías en la nueva etapa que se abre "de forma ilusionante", ha dicho el ejecutivo.

García Montes fue sustituido en diciembre de 2009, "un golpe de timón importante" desde dentro de la entidad, ha dicho Pemán, quien ha destacado que la llegada como nuevo director general de Luis Miguel Carrasco supuso un gran revulsivo, con cambios importantes en el proceso de fusión con otras entidades (Caja3) y en el reforzamiento de los sistemas de control internos.

Al respecto, ha indicado que la debilidad de la caja fue consecuencia del "excesivo riesgo inmobiliario" adquirido entre los años 2000 y 2007 y no de la práctica de la banca minorista, que se hizo "muy bien", ya que no se comercializaron productos que perjudicaran a los ahorradores, como preferentes.

Los cambios en las reglas de juego durante los últimos años como consecuencia del rescate financiero y la reestructuración impuesta a la banca española por las autoridades de Bruselas han determinado el devenir de la caja y su definitiva integración en el Grupo Ibercaja, un proceso que, ha añadido, concluirá definitivamente a finales de este año.

Los cambios de todo tipo sucedidos en los últimos años en el ámbito financiero "darían para escribir un libro", ha agregado Pemán, quien ha enfatizado la intensidad del trabajo llevado a cabo por la caja ante esta crisis, en la que ha habido que "poner toda la carne en el asador".

"Los resultados que podemos exhibir -ha añadido- no son todo lo buenos que nos gustaría, pero sí son decorosos. Yo diría que más que decorosos", porque se ha conseguido mantener el patrimonio, que garantiza un mínimo para seguir adelante con la obra social y preservarla, y se ha prestado "un excelente servicio" a los clientes.

Y, además, ha concluido, participan en un proyecto financiero "sólido y prometedor, aunque sea en calidad de accionistas minoritarios y, por tanto, sin tener ni mucho menos el control de la situación", en referencia a Ibercaja, la novena entidad financiera española.

Del patronato forman parte doce miembros que no perciben remuneración en representación de la entidad fundadora (Acción Social Católica), entidades representativas de intereses colectivos elegidos por las Cortes de Aragón y profesionales independientes de reconocido prestigio en las materias relacionadas con los fines sociales de la fundación o en el ámbito financiero.

Se trata, además de Pemán, de Luis Oro, Rafael Alcázar, Miguel Caballú, María Dolores Zamorano, Manuel Badal, José Luis Escolá, Joaquín Guerrero, José Manuel Ibáñez, Pilar Labrador, Vicente Lera, José María Sas y Víctor Manuel Serrano.