El Gobierno acordó ayer remitir al Congreso de los Diputados el proyecto de ley de supervisión de conglomerados financieros, con el que se trata de aumentar el sistema de control de grandes grupos económicos, según establece una directiva comunitaria.

El texto crea la figura del coordinador de supervisores, para unificar a los tres existentes, es decir, el Banco de España, la Dirección General de Seguros y la CNMV. Cada uno de ellos será el predominante en función de la actividad de la entidad que domine el conglomerado. En el caso de un gran banco o una caja, por ejemplo, será el Banco de España.

Un conglomerado financiero es un conjunto de entidades que constituyen una unidad de decisión o que estén participadas entre sí en más de un 20%. Además, debe desarrollar una actividad predominantemente financiera, de manera que al menos el 40% del balance provenga de entidades que actúan en el sector.

En caso de que el grupo opere en varios países, se designará como supervisor a una autoridad española si está encabezado por una entidad nacional. También contempla el régimen al que han de someterse las entidades españolas cuya matriz esté en un Estado no comunitario y formen con ella un conglomerado.