El plan de acción comercial también contempla la necesidad de llevar a cabo cambios dentro del propio sector. El propósito es cambiar el carácter individualista del comerciante, ya que imposibilita la defensa conjunta de sus intereses y merma el nivel de competitividad. En este sentido, destaca el bajo nivel de asociacionismo, ya que la Asociación de Comerciantes del Aranda apenas representa el 21% del total de establecimientos.

Este cambio de rumbo también exige un mayor nivel de equipamiento técnico de los comercios, ya que son muy pocos los que disponen de ordenador, internet o lector de código de barras. Además, el documento recoge el preocupante escaso nivel formativo de los comerciantes.