La cuenca Pérmica, el mayor y más productivo campo de producción de gas y petróleo que ha hecho de Texas epicentro de la revolución del esquisto en Estados Unidos, es el último objeto de las pujas y batallas del sector. Ayer Occidental Petroleum, una compañía basada en Houston, ha hecho pública su última oferta por Anadarko, la empresa que hace solo dos semanas cerró un acuerdo de venta con Chevron por 50.000 millones de dólares.

No es la primera vez que Occidental, pese a ser cuatro veces menor que Chevron, planta cara a la segunda petrolera de Estados Unidos (solo por detrás de Exxon). Y el anuncio en el que se detalló una oferta de 57.000 millones (38.000 millones en efectivo y acciones y 19.000 millones en deuda) representa la cuarta oferta por Anadarko que realiza la empresa dirigida por Vicki Hollub.

El futuro de esa oferta, que ofrece 17% más que lo que pactó Chevron el 12 de abril) está por ver. La propia Hollub, en una carta enviada a la dirección de Anadarko, mostró su «sorpresa y decepción» por el hecho de que esa junta directiva ni siquiera negociara o hablara con ellos ante las tres ofertas anteriores realizadas desde marzo, especialmente dos que ya estaban por encima de la Chevron. Y Hollub ha criticado también que en el acuerdo entre Anadarko y Chevron que ahora intenta superar se incluyera una cláusula de 1.000 millones de dólares para Chevron si se rompe el pacto.

La ejecutiva, en cualquier caso, cree que hay futuro y en una entrevista con The New York Times declaró que la última «es una oferta tan atractiva» que opina que «a los accionistas de Anadarko les encantará y se lo harán saber» a la junta directiva.

«Nosotros creemos que eso marcará una diferencia», aseguró Hollub, que calcula que la fusión, aunque obligaría inicialmente a una emisión de acciones y a elevar la deuda, podría acabar reduciendo los costes en 2.000 millones de dólares.