La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se apunta a la ola entusiasta y mejora cinco décimas su pronóstico sobre la economia española, que crecerá este año un 2,8% ligeramente por encima de las previsiones manejadas por el Gobierno que, en el programa de Estabilidad presentado a finales de abril, barajaba un PIB del 2,7%.

El organismo, con sede en París, señala en su Informe semestral de Perspectivas presentado ayer que la senda de la recuperación se irá moderando y que el PIB bajará gradualmente al 2,4% en el 2018 a medida que dejen de tener efecto los bajos precios del petróleo y las rebajas de impuestos.

Sin embargo, una fuerte creación de empleo y un aumento gradual en los salarios continuará estimulando el consumo de los hogares, añaden los autores del informe, que prevén una tasa de paro del 17,5% este año, por debajo del 17,8% que el Ejecutivo presentó en abril, y del 16% en el 2018.

El déficit presupuestario, que bajó hasta el 4,5% del PIB en 2016, seguirá reduciéndose (3,1% en 2017 y 2,3% en 2018) por la reciente ampliación de la base del impuesto de sociedades y los mayores ingresos por el IVA. No obstante, la OCDE alerta del alto nivel de la deuda (99,4% en 2016) y sugiere al Gobierno reducirla ajustándose a sus objetivos fiscales a medio plazo.

El club de los países desarrollados sostiene igualmente que un aumento de la financiación, tanto pública como privada, para las empresas innovadoras de reciente creación compensaría la escasa inversión destinada a sectores basados en la economía del conocimiento.

«Mejorar el acceso de las pymes a la financiación mediante instrumentos de deuda y de titulización de préstamos y suprimir las barreras regulatorias a la expansión de las empresas favorecería una mayor integración de España en los mercados mundiales», escriben los analistas de la OCDE. La institución ve también necesario formar una mano de obra cualificada y flexible que pueda beneficiarse de la globalización.

También reclama políticas laborales activas y disminuir la dualidad del mercado laboral para mejorar la calidad del empleo y reducir el paro juvenil y el de larga duración. La institución presidida por el mexicano Ángel Gurría advierte, por otra parte, de que un Gobierno en minoría podría tener dificultades para sacar adelante su agenda reformista, algo que debilitaría el crecimiento.

AMENAZAS EXTERIORES / Entre las amenazas procedentes del exterior, los expertos citan la aparición de nuevas turbulencias en los mercados financieros internacionales y un crecimiento más débil de lo previsto en Europa que podrían lastrar la expansión económica. Un aspecto positivo que impulsaría el crecimiento español es la sólida inversión en el sector de la construcción y la fuerte demanda procedente de Europa, principal destino de las exportaciones españolas.

Por su parte, la economía mundial también está dando signos de recuperación, de la mano de políticas de inversión en algunos grandes países emergentes, sobre todo en Asia, y de los flujos comerciales transfronterizos, pero el nivel sigue siendo comparativamente débil y sujeto a posibles reveses. En el informe prevé un crecimiento global del 3,5% este año, dos décimas más de lo augurado en noviembre, y del 3,6% el próximo (como hace seis meses).

Dentro de los países miembros, EEUU debería acelerar su ritmo de progresión para terminar el 2017 con un 2,1% (dos décimas menos de lo estimado hace seis meses) y con un 2,4% en el 2018 (seis décimas menos).