La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mantiene la misma preocupación que expresó hace seis meses por la situación política en Cataluña. El organismo internacional con sede en París advierte de que, aunque hasta ahora se han contenido las consecuencias económicas, la persistente incertidumbre puede lastrar la confianza y afectar a la demanda interna.

En su último informe de perspectivas, presentado este miércoles, alerta además de que el Gobierno podría tener dificultades para avanzar en su agenda de reformas.

La economía española seguirá la senda de la recuperación pero lo hará a un ritmo más moderado que el de los últimos tres años. La OCDE ha mejorado su previsión, aumentando cinco décimas hasta el 2,8% la estimación de crecimiento del PIB este año y del 2,4% para el 2019. También ha advertido de que el paro se mantendrá alto, a pesar de continuar su curva descendente, hasta situarse en el 15,5% y el 13,8% en 2018 y 2019, respectivamente.

Los analistas de la OCDE creen que las favorables condiciones financieras y la creación de empleo estimularán la demanda interna, aunque bajará el consumo privado, y que las exportaciones -menores que en el 2017- contribuirán de manera positiva al crecimiento mientras la inflación se mantendrá en niveles aceptables.

“Los riesgos vienen de factores internos y externos. La persistente incertidumbre en Catalunya puede rebajar la confianza y obstaculizar la demanda doméstica. Un gobierno minoritario podría tener dificultades para avanzar en su agenda nacional de reformas. El incremento del precio del petróleo puede crear tensiones inflacionistas”, indica el organismo.

Tensiones comerciales

En su análisis sobre la economía global, la OCDE se felicita de que tras un periodo de lento crecimiento se hayan recuperado tasas del 4%, aunque más por las políticas de estímulo fiscal que por el aumento de la productividad o el alcance de las reformas. No obstante, en el horizonte se perciben nubarrones.

"A pesar de estas buenas noticias, se avecinan grandes riesgos", alerta el informe. El primero y más importante es una escalada de las tensiones comerciales que habría que evitar para no frenar la expansión económica. El segundo está relacionado con el precio del petróleo, que ha subido casi el 50% el año pasado. De mantenerse en estos niveles crearía tensiones inflacionarias y agravaría los desequilibrios externos en muchos países.