OHL registró una pérdida neta de 38,5 millones de euros en el primer semestre, lo que supone multiplicar por más de dos (151%) los 'números rojos' de un año antes, a causa de la ralentización de la actividad constructora en algunos mercados provocada por la pandemia. La compañía participada por los hermanos mexicanos Amodio cifra este impacto en 130 millones de euros en términos de ingresos y en otros 25 millones en cuanto a beneficio bruto de explotación (ebitda), fundamentalmente por los costes directos e indirectos derivados de la menor actividad.

En caso de descontar los efectos del covid, OHL asegura que su ebitda habría superado los 45 millones de euros, superando así los registros de un año antes. No obstante, el ebitda del grupo se contrajo un 11,5% entre enero y junio de este año, hasta situarse en 20,1 millones de euros, al descender ligeramente su margen hasta el 1,5%.

La compañía logró mantener con apenas una leve caída del 0,8% sus ingresos, que al cierre de junio sumaron 1.350,3 millones de euros, gracias a la diversificación geográfica de su negocio.

OHL, que logra el 76,7% de estas ventas en el exterior, indicó que el descenso de actividad derivado de la pandemia en España y Latinoamérica se compensó con el "buen comportamiento" de la actividad de construcción en Estados Unidos, primer mercado el grupo. Logró así mantener su negocio en "niveles similares" a los de un año antes, toda vez que la actividad de servicios, al ser considerada esencial, no se vio afectada "significativamente".

No obstante, la crisis interrumpió de forma puntual la tendencia de reducción de pérdidas y mejora de Ebitda que la constructora venía registrando en los últimos trimestres.

El grupo confía en que "la reactivación que se está experimentando a comienzos de el segundo semestre, revierta la ralentización de las licitaciones de la primera mitad de año en los mercados afectados por la pandemia".

REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA

En el plano financiero, OHL que acaba de iniciar negociaciones para reestructurar su deuda y balance, cerró junio con un endeudamiento neto de 151,8 millones de euros, de los que 103,5 millones constituyen deuda con recurso.

A este pasivo se suman los 593 millones que tiene en dos emisiones de bonos, que vencen en el 2022 y el 2023, en los que se centrará la negociación, que podría contemplar una conversión de títulos de deuda en acciones y también una inyección de capital por parte de los Amodio

La compañía, que cuenta con un 'colchón' de liquidez de 570 millones de euros, está además pendiente de lograr el visto bueno de estos bonistas para disponer de la mitad del crédito de 140 millones con aval del ICO logrado hace unos meses.