La zona euro, la familia política y económica a la que pertenece España, ha registrado un crecimiento igual a cero en el segundo trimestre del año. La economía francesa está estancada y el Ejecutivo se ve incapaz de cuadrar el déficit. Alemania no ejerce su papel de locomotora europea. La Italia de Matteo Renzi no consigue desbloquear las reformas impopulares. Los países del euro suman 18,4 millones de parados y la Unión Europea, 25 millones. El euro sigue estando demasiado alto respecto al dólar como para que no se resientan las exportaciones. El manguerazo de dinero gratis de Mario Draghi ni siquiera ha despertado el interés esperado en la banca, que no ha acudido masivamente. El larvado conflicto ruso-ucraniano puede volver a explotar en cualquier momento. Y la guerra global contra el yihadismo planea sobre la estabilidad mundial.

Con todos estos mimbres, el