Tres operadores (más uno). Así quedará el mercado español de las telecomunicaciones después de la opa que ha lanzado Orange sobre Jazztel y que se prevé que será aceptada por la mayoría de los accionistas. Después de años de competencia entre multitud de empresas que se tradujo en una importante rebaja de los precios de los servicios, el mercado vuelve a quedar en manos de Telefónica, Vodafone y Orange. Más Yoigo, que se queda descolgada en una posición de clara desventaja y que aún busca comprador.

Orange anunció a última hora del lunes la oferta sobre Jazztel: oferta pública voluntaria de adquisición por el 100% del capital de la compañía, a la que pagará 13 euros por acción y que valora al operador en más de 3.330 millones de euros. Dicho acuerdo, no obstante, está condicionado a la aprobaciones regulatorias y a la aceptación del 50,01% del capital social de Jazztel, sin computar las acciones del presidente del consejo de administración de Jazztel, Leopoldo Fernández Pujals, titular del 14,48% del capital social y que ya ha dado el visto bueno a la venta.

Según Orange, la compra aporta numerosas ventajas. El presidente de Orange, Stéphane Richard, señaló ayer que era el momento de invertir en España porque el país está saliendo de la crisis, y que, ahora, Orange podrá "competir" con el líder del mercado, Telefónica. Con la compra, Orange se afianzará como tercer operador del mercado en España, pero cerca del segundo (Vodafone). Además, Orange espera conseguir 1.300 millones de euros de sinergias gracias a la absorción del operador. Eso sí, se podrían destruir unos 400 empleos.

REACCIÓN

La firma francesa ha tenido que reaccionar con celeridad (y pagando un sobreprecio) para no quedarse descolgada en España. Pese a contar con una posición sólida en el mercado de la telefonía móvil (12,4 millones de clientes, a los que sumará ahora los 1,5 millones de clientes de Jazztel --Vodafone tiene 14,7 millones de clientes y Telefónica, 17--, su gran déficit era en banda ancha y, sobre todo, en despliegue de fibra óptica --que realiza conjuntamente con Vodafone--.

Telefónica es la líder en esta tecnología. Su despliegue masivo (alcanzará los 15 millones de hogares pasados el próximo año) pilló con el pie cambiado a los competidores, que tardaron en reaccionar. Además, Telefónica lanzó Fusión, lo que dejaba a la competencia (menos fuerte en todos los segmentos ofertables) con carencias.

Vodafone compró este año Ono, que ya había hecho su apuesta en fibra (siete millones de hogares), y anunció que, aunque cumpliría con el pacto de despliegue con Orange, revisaría sus planes de futuro en este sentido (Ono y Vodafone alcanzarán unos 10 millones de hogares conectados con fibra el próximo año). Orange se quedaba, pues, sola.

Ahora, la firma francesa sumará casi tres millones de hogares pasados con fibra con los que esperaba terminar el año Jazztel, de manera que se plantará el año siguiente con 5,5 millones de hogares. Además, según anunció, continuará con el despliegue, con el objetivo de lograr 10 millones de hogares conectados en 2017. En clientes, alcanzará 3,3 millones de usuarios de banda ancha, por encima de los 2,5 de Vodafone --Telefónica tiene 5,7 millones--.

Pero la oferta de Orange no solo busca tratar de asaltar el segundo escalón en España, sino protegerse del nacimiento de un cuarto operador: Jazztel anunció que había iniciado conversaciones con la sueca TeliaSonera para comprarle su filial española Yoigo. Si esta operación se hubiese cerrado, hubiera nacido otro gran operador, con infraestructura propia en fibra, banda ancha y telefonía móvil 3G y 4G, con más 5,5 millones de clientes de telefonía móvil. Abortando la operación, Yoigo queda sola: red propia, pero sin comprador.