El fabricante alemán de automóviles Opel tuvo en 2003 unas pérdidas de 400 millones de euros (512 millones de dólares), el doble que hace un año, adelanta hoy la revista "Der Spiegel".

Esta elevada cifra refleja sólo en parte la pobre evolución de las ventas de la marca germana, ya que los ingresos de diversos modelos son contabilizados por la casa matriz General Motors.

El semanario recuerda que los costes de desarrollo del Meriva, fabricado en Figueruelas (Zaragoza), fueron cargados a la central de Opel en Rüsselsheim, mientras que esta casa sólo percibe un 1 por ciento de sus ventas en concepto de licencia.

La división europea de GM, con sede en Zúrich, es la que percibe el importe restante de las ventas de este modelo y algo similar sucede con el Astra, fabricado en Bélgica y Gran Bretaña.

El jefe de Opel, Carl-Peter Forster, reiteró que los resultados del fabricante europeo dan una impresión errónea y quedan distorsionados cuando sólo se miran las cifras en solitario.