El fabricante alemán Opel quiere reducir los costes de personal en 80 millones de euros en el 2004, con medidas como el recorte de la masa salarial en un 10% en su planta de componentes de Kaiserslautern. La revista Automobilwoche informó ayer de que su presidente, Carl-Peter Forster, se ha propuesto presentar hasta final de este año una cuenta de resultados equilibrada.

Por su parte, el comité de empresa exige que se cumpla el contrato vigente sobre el saneamiento de la compañía y la garantía de empleo, así como que Opel renuncie a despidos forzosos hasta después del 2005. Los sindicatos solicitan también que se adjudique a la fábrica de Rüsselsheim la construcción del futuro Insignia --un modelo de lujo, cuyo prototipo fue presentado en el Salón del Automóvil de Fráncfort en 2003--, a la planta de Bochum la fabricación de ejes y a Kaiserslautern un programa de inversiones garantizado por varios años.

Según la revista, la dirección de Opel y el comité de empresa mantienen diferencias tan profundas sobre el futuro laboral del grupo que han debido aplazar, en al menos dos semana, las negociaciones sobre el convenio colectivo para 2004-2005.