Jack Ma dejará la presidencia de Alibaba dos décadas después de haberla fundado en su pequeño apartamento. El hombre más rico de China (o tercero, según las listas) pasará el próximo año los bártulos del gigante de comercio electrónico chino a su jefe ejecutivo, Daniel Zhang, tan competente como carente del carisma del fundador. La sucesión fue desvelada hoy por la compañía después de un fin de semana intenso de comunicados y desmentidos que subrayaron la relevancia de Ma.

El diario New York Times publicó el viernes que Ma anunciaría su salida inmediata este lunes y el aún presidente aclaró pocas horas después que sus palabras se habían malinterpretado. Entre ambos anuncios habían caído las acciones de la compañía y se temía una sangría en los próximos días. El año extra persigue una digestión más lenta, señalan los analistas. “La transición demuestra que Alibaba ha alcanzado un nivel de gestión superior, desde una compañía que confiaba en las individualidades a otra que construye estructuras de excelencia y confía en el desarrollo del talento”, aclaró Ma. “Nadie puede asumir las funciones de presidente y consejero delegado eternamente”, añadió.

Ma se reservará un asiento vitalicio en el órgano asesor formado por altos ejecutivos que ejerce un control significativo sobre la estrategia empresarial. Pero sus desvelos actuales, aclaró, van hacia la filantropía, un camino que ya tomó años atrás Bill Gates. Ma, que ejerció de profesor de inglés en sus inicios, aseguró que nada ama con más fuerza que la educación. “El mundo es grande, aún soy joven y quiero intentar cosas nuevas porque… ¿Qué pasa si los nuevos sueños pudieran realizarse?”, terminó.

Ma había ejercido en los últimos años de relaciones públicas de la compañía, pregonando las ventajas de una economía globalizada cuando el mundo va hacia otra dirección y reuniéndose con múltiples jefes de estado.

Alibaba es la sexta compañía del mundo con una capitalización bursátil de 420.000 millones de dólares y cuenta con 630 millones de usuarios chinos. Mucho de lo que se compra o vende en China pasa por sus manos, desde papel higiénico a islas tropicales. Su grupo incluye Taobao (el equivalente a a Ebay) y Tmall (algo parecido a Amazon). También ha desarrollado el ubicuo método de pago electrónico a través de Alipay y la compañía ha ido expandiendo hacia las películas y videos online.

Un viaje a Estados Unidos cuando internet apenas balbuceaba fue su epifanía. Comprendió las oportunidades que se abrirían con un mercado de 1.300 millones de consumidores y dos décadas después continúa en la cúspide. Ma sublima la figura del hombre hecho a si mismo. Se ofrecía en su juventud como guía gratuito a los turistas en su localidad natal de Hangzhou para limar su inglés y encadenó fracasos hasta dar con la tecla. Va a contrapelo del perfil silencioso y grisáceo de los magnates chinos. Son ya míticos sus disfraces en las anuales fiestas de la compañía (las imprescindibles Alifests) y se ríe con frecuencia de su fealdad comparándose con E.T el extraterrestre. No faltan las reacciones histéricas de sus seguidores en sus apariciones públicas. Alibaba tendrá que lidiar sin ese tsunami de carisma a partir del próximo año.