El acuerdo alcanzado la madrugada del domingo en Ginebra entre los 147 países que integran la Organización Mundial del Comercio (OMC) permitirá que los estados más pobres puedan vender más a los desarrollados, sobre todo en lo que se refiere a los productos agrícolas.

Tras el sonado fracaso del encuentro de Cancún el año pasado, los grandes bloques económicos --la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, fundamentalmente-- abren la puerta a que el mundo en vías de desarrollo pueda disfrutar de los beneficios de la globalización de la economía. Celso Amorim, ministro brasileño de Asuntos Exteriores y líder del grupo de países en vías de desarrollo G20 en el que se incluyen India y China, ha tenido un gran protagonismo en el éxito del encuentro.

Los términos del acuerdo son vagos, pero aun y con el lenguaje diplomático que utiliza, ponen la primera piedra para un cambio real en el que los países del sur sacan adelante algunas de sus principales propuestas. Cuando el documento se refiere a poner fin --sin fecha-- a las subvenciones a las exportaciones, todo el mundo entiende que se está hablando de las ayudas agrícolas europeas, por ejemplo.

RENUNCIAS DE TODOS Otro punto que refleja ese éxito es el cambio de actitud de la UE que ha dejado de insistir en la apertura de cuatro nuevos capítulos --llamados de Singapur-- sobre competencia, investigación, transparencia y simplificación de tramitaciones aduaneras. EEUU también ha cambiado su postura sobre las ayudas al algodón. Estos dos capítulos fueron los responsables del fracaso de la reunión de Cancún.

La Comisión Europea saludó ayer el éxito del acuerdo tras cinco días de intensas negociaciones, que incluye por primera vez el compromiso de eliminar, en un plazo aún por negociar, los subsidios y los créditos a las exportaciones de la Unión Europea y los Estados Unidos, respectivamente.

Al respecto, el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, afirmó que "después del fracaso de Cancún, esta decisión demuestra que el sistema de comercio multilateral está vivo". "Pero sólo hemos recorrido la mitad del camino: ahora necesitamos concluir rápidamente esta ronda y llevar buenas noticias a una economía mundial que necesita estímulos", agregó.

El comisario de Agricultura, Franz Fischler, consideró que con el acuerdo "impulsaremos la economía mundial, el comercio agrícolas y las oportunidades para los países más pobres". Asimismo, aseguró que ahora no se cuestionará la reforma de la política agrícola de la UE y añadió que los agricultores comunitarios tendrán una "perspectiva clara" del futuro y a los países en desarrollo se les mejorará el acceso a los mercados y se reducirá la competencia desleal.

NUEVAS OPORTUNIDADES El director general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, se refirió a "un modesto triunfo" que se convertirá en un "gran triunfo" el día que se complete la ronda. En su opinión, los pactos facilitarán nuevas oportunidades comerciales para los países pobres, lo que generará más puestos de trabajo e inversiones y expresó su confianza en que la fecha para la próxima reunión ministerial de la OMC, fijada ayer para diciembre del 2005 en Hong Kong, animará a todos los miembros a acelerar a partir de ahora las negociaciones en las que se han de concretar muchos de los puntos incluidos en los acuerdos de ayer.

Los miembros de la OMC desean que la cita de diciembre del año próximo permita cerrar la ronda, pero ninguno de los consultados lo dio por hecho.