Hay un refrán en desuso que dice: "En manos está el pandero que lo sabrán bien tañer". Se empleaba para asegurar la idoneidad del encargado de resolver un problema, aunque también se podía utilizar en sentido irónico. Con esta connotación, recuerda a una frase hecha que sí tiene vigencia: "Cuando habla, sube el pan". Ambas resultaron ayer aplicables al presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés), Andrea Enria. De entrada, lo lógico y deseable hubiera sido que solo se hubiera hecho merecedor de la primera y en sentido positivo. Pero le dio por decir que "la historia no ha terminado, incluso para los bancos que pasaron" el examen al sector financiero europeo del BCE y la propia EBA.

El mercado interpretó que restaba credibilidad a los resultados de la prueba y los valores bancarios comenzaron a hundirse, arrastrando a las bolsas. Posteriormente matizó sus palabras en un comunicado (las entidades han reforzado su capital y el ejercicio ha permitido eliminar incertidumbre sobre el estado de los balances e identificar vulnerabilidades) pero el remedio no terminó de curar la enfermedad. En cambio, el buen dato de crecimiento en Estados Unidos (3,5% frente al 3% esperado) sí que logró calmar los ánimos. El Ibex 35, que llegó a caer el 2,4%, subió el 0,16%, a los 10.263,70 puntos, con la prima de riesgo en los 130 puntos básicos. Pero está claro que los inversores están nerviosos y quieren las manos adecuadas tañendo el pandero.