Los despidos y la pérdida de puestos de trabajo sin precedentes desatados en los primeros meses de la pandemia amenazan con provocar un repunte de la irregularidad entre los personas de origen migrante. Pues la afectación económica del virus ha sido especialmente intensa entre los colectivos más vulnerables y uno de ellos han sido los trabajadores de origen extranjero, que dependen de mantener un empleo estable para poder renovar sus permisos de trabajo y residencia. Así lo ha alertado CCOO en una rueda de prensa este jueves, en la que ha instado al Gobierno a flexibilizar la renovación de dichos permisos para evitar un repunte súbito de la irregularidad administrativa.

"La covid ha traído consigo un incremento de la precariedad y indefensión de los trabajadores extranjeros", ha declardo el director del Centro de Información de Trabajadores Extranjeros (CITE), Carles Bertran. La evolución de la ocupación entre los trabajadores de origen migrante así lo acredita. El mes de julio (últimos datos disponibles) la afiliación entre el conjunto de trabajadores en alta en España era el 4,6% inferior a la de julio del 2019. No obstante, entre el colectivo concreto de trabajadores nacidos fuera de España la caída fue del 5,6%; un punto superior.

La pérdida del empleo para una persona nacida en España se traduce en una pérdida de ingresos, pero entre los originarios de otros países puede también traducirse en la pérdida de su permiso de trabajo. Pues al cabo de los seis primeros meses (o a los dos años tras la primera renovación), un trabajador de origen extranjero debe acreditar una cotización mínima y un contrato en vigor para renovar sus permisos. "Si no se flexibilizan los criterios de acceso a la regularidad, nos podemos encontrar de que muchas personas tengan dificultades de renovar sus autorizaciones", apunta Bertran.

Otoño complicado

Pese a las prórrogas habilitadas durante el estado de alarma por el Gobierno, los primeros afectados por esa pérdida de empleo generalizada pueden ser los trabajadores cuyos permisos vencieran tras el estado de alarma. Concretamente a partir de finales de septiembre, apunta Bertran. Pues los meses de verano y la campaña turística son la oportunidad que tradicionalmente tienen muchos trabajadores migrantes para conseguir una cotización mínima para renovar sus permisos y que este año no han podido trabajar con la misma intensidad en muchos casos.

Los datos del informe presentado este jueves por el CITE todavía no reflejan dicha tendencia, aunque sí las dificultades de gran parte del colectivo para encontrar empleos estables que les permitan regularizar su situación. El 68,5% de los casi 6.000 usuarios atendidos por el CITE entre enero y junio carecían de permiso de trabajo. Un volumen que desde el organismo ligado a CCOO temen que se dispare en los próximos meses en el conjunto de la población de origen migrante.

Subsidios que no llegan

El director del CITE ha reiterado las críticas al Ministerio de Trabajo por su tardanza en abonar los subsidios especialmente habilitados para trabajadoras del hogar que hayan perdido drásticamente sus ingresos durante el estado de alarma. La medida se aprobó el 31 de marzo y la mayoría de las solicitantes todavía no la han cobrado. Según los últimos datos facilitados por Trabajo, se han abonado 9.400 de las 32.000 ayudas solicitadas. El sindicato Sindillar se reunió el pasado martes con el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, para exigirles que aceleren dichos pagos. Con el compromiso, según manifestaron tras la reunión en un comunicado, de que el SEPE aceleraría las gestiones para desatascar la situación.