El Gobierno francés ha decidido ganar tiempo en la venta de una de las empresas más emblemáticas del país, Alstom, y buscar alternativas a la oferta realizada por General Electric (GE). El ministro de Economía, Arnaud Montebourg, aplazó ayer sin fecha la reunión prevista con el presidente de GE, Jefffrey Immelt, lo que da más tiempo a Siemens para detallar su oferta sobre una de las empresas punteras en fabricar trenes de alta velocidad y centrales nucleares.

"General Electric y Alstom tienen su calendario, que es el de los accionistas, pero el Gobierno tiene el suyo, que es el de la soberanía económica", explicó Montebourg en un comunicado. Su objetivo es "preservar los intereses de la base industrial de Francia". Dado que el grupo Alstom opera en sectores estratégicos, la venta necesita autorización del Estado.

Al mismo tiempo Siemens anunció que le interesa la operación aunque no dijo si mejorará la oferta de la firma estadounidense, que, según algunas filtraciones, es 13.000 millones de dólares (unos 9,400 millones de euros) por el conjunto del grupo. Los grandes grupos industriales galos no han sido receptivos a las llamadas del Ejecutivo para que realizaran una oferta de compra.

Los deseos de Montebourg se inclinan más a mantener a Alstom en la órbita europea para "crear dos campeones europeos y mundiales en los sectores de la energía y el transporte, el uno en torno a Siemens y el otro en torno a Alstom".

Asimismo exige el mantenimiento y creación de empleos (18.000 de los 93.000 trabajadores están en Francia), inversión e investigación y desarrollo, así como que los principales centros de decisión se queden en ese país.