Que Aragón pueda alcanzar el pleno empleo, tal y como aseguraron el presidente del Ejecutivo autonómico, Javier Lambán, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es todavía una quimera, si bien la comunidad dio un buen mordisco al paro en el 2017 hasta situarse en 70.710 personas, un nivel que no se conocía desde el 2009. De lo que casi nadie duda es de que el empleo no volverá a ser como el de hace casi una década.

La comunidad cerró el año con 9.223 parados menos (-11,54%) que en diciembre del 2016 -el segundo mayor descenso a nivel nacional- tras ver reducido el desempleo en el último mes del 2017 en 281 personas (-0,40%). Aragón suma hoy algo más de 70.000 personas sin trabajo, según las estadísticas publicadas ayer por el Ministerio de Empleo, es decir, más del doble de los parados que había en junio del 2007 (33.165).

Por tanto, el camino hacia el pleno empleo parece complicado. Pero todavía más compleja se antoja la tarea de recuperar la calidad del mismo. Un dato demuestra el deterioro del mercado laboral aragonés en los últimos años: en la provincia de Zaragoza la duración media de los contratos temporales, que suponen el 90% de los realizados en el 2017, fue de 44,23 días frente a los 85,11 días del 2009. Casi la mitad.

Esta tendencia se mantuvo el diciembre pasado, mes en el que los contratos temporales alcanzaron las 38.396 firmas y tuvieron una duración de solo 38,6 días. Mientras, la contratación indefinida alcanzó a 3.847 personas, es decir el 9,11% de los contratos firmados en diciembre en Aragón.

Con este escenario no es de extrañar que ayer la consejera de Economía del Gobierno de Aragón, Marta Gastón, reiterase su mensaje de impulsar un «cambio urgente del sistema laboral», que está marcado, dijo, por un «modelo precario». Entre las modificaciones que plantea se encuentran la derogación de la reforma laboral y la reformulación del sistema de contratación. Con estos cambios, apuntó Gastón, se lograría «mantener la estabilidad», además de estimular una «dignificación» real del empleo. No obstante, la DGA también aludió la parte positiva de los datos de ayer y recordó que la comunidad encadena 30 meses consecutivos de descensos interanuales del paro

Por lo pronto, UGT y CCOO ya han anunciado que si no se produce una subida de salarios este año iniciarán movilizaciones para que se recupere la renta de los trabajadores, ya que Aragón ha conseguido volver a los niveles de riqueza previos a la crisis, pero con 30.000 ocupados menos.

LOS SERVICIOS MANDAN

Pese a todo, el 2017 también fue un buen año para la ocupación, ya que el número de afiliados a la Seguridad Social en Aragón creció en casi 20.000 personas respecto al 2016, lo que supone un incremento del 3,72%. En diciembre, el repunte fue de 1.472 personas (+0,27%). De esta forma, el número total de ocupados asciende a 554.261 personas en la comunidad, lejos de los más de 610.000 que se alcanzó en el 2017, hace una década.

El sector servicios, que supone el 66% de la actividad de Aragón, protagonizó el descenso del paro en Aragón, con casi 5.000 desempleados menos (-9,6%) en 2017. También destacó construcción, con un descenso del 25,23% (-1.688 personas), seguida por la agricultura (-15,2%) y la industria (-13,5%), si bien el desempleo subió en este sector y en construcción en diciembre.

El comportamiento del mercado laboral aragonés en el último mes del año no fue tan bueno como se esperaba, ya que registró el peor diciembre de la recuperación. En el 2013 y 2014, por ejemplo, el paro cayó en más de 2.000 personas frente a las solo 200 de este 2017. Pese a ello, el mes pasado se formalizaron en la comunidad 42.243 contratos, 6.273 menos que en noviembre (un 12,93% menos) pero 1.508 más que en diciembre de 2016 (un 3,70 % más), año en el que el desempleo descendió en 1.550 personas. O lo que es lo mismo, más contratos, más cortos y, por tanto, de peor calidad.