La huelga seguida en la planta de General Motors (GM) en Bochum (Alemania) desde el pasado jueves afecta ya a la producción de otras fábricas en Europa del grupo automovilístico, según informaron ayer fuentes de la empresa. Los trabajadores protestan contra los planes de GM de recortar en 10.000 empleos la plantilla de Opel en Alemania (actualmente de 32.000 personas) y reducir los costes el 15%. Los trabajadores pretenden paralizar la producción al impedir el suministro de componentes a otras cadenas de montaje en Amberes (Bélgica), Ellesmore Port (Reino Unido) y Gliwice (Polonia).

Algunas divisiones reanudaron ayer la producción en contra de la imposición de la mayoría de trabajadores, aunque este gesto fue simbólico y no bastó para restablecer la normalidad. Por quinto día consecutivo, desde que la dirección de General Motors anunciara un plan radical de saneamiento en Europa, un nutrido grupo de obreros volvió a impedir la construcción de los modelos Opel Astra y Zafira, así como de componentes para otros centros europeos. Desde el pasado jueves no ha salido un solo automóvil de la factoría de Bochum.

La dirección y los sindicatos iniciaron ayer negociaciones para buscar una salida negociada al conflicto, que permita ajustes de costes sin despidos o cierres de fábricas. Así, los manifestantes también reiteran a la cúpula del grupo que no se subcontrate la producción a empresas ajenas a Opel.

Carl-Peter Forster, segundo responsable de General Motors y ex jefe de Opel, advirtió de que los paros laborales no facilitan las negociaciones con los sindicatos y el comité de empresa de la marca germana.

Por su parte, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, hizo ayer un llamamiento a la dirección y a los trabajadores de Opel, para que establezcan negociaciones que permitan reanudar la actividad en todas las factorías. "Deseo que las negociaciones comiencen, con el fin de que las cadenas de montaje puedan funcionar de nuevo", dijo y añadió que los intereses de los empleados deben tener la misma importancia que la necesidad de hacer reformas.

REDUCCION DE COSTES En el marco de estas negociaciones el presidente de General Motors, Fritz Henderson, anunció ayer que la compañía reducirá un 15% los costes del grupo mediante despidos. Henderson indicó al diario alemán Handelsblatt que el equipo de dirección de la filial europea de General Motors es "demasiado amplio", por lo que la supresión de puestos de trabajo afectará también a los directivos.

Por tanto afirmó que "la reducción de costes se hará mediante recorte de empleos y no a través de la rebaja de los salarios". También advirtió de que aquellos directivos que sigan en la plantilla también "sentirán el impacto de la reestructuración en sus salarios".

EFECTOS EN GM ESPAÑA Desde General Motors España considera que el plan de reestructuración no afectará a la producción de la instalación industrial española de Figueruelas (Zaragoza), donde se suprimirán 600 empleos, según afirmó el director general Comercial de GM España, Juan Manuel Lumbreras, informó Europa Press . A juicio de Lumbreras este "reajuste" no debe afectar a la producción en la factoría de Figueruelas, que fabrica los modelos Corsa y Meriva , ni a la comercialización de vehículos en España.

El directivo de GM España destacó que el programa de reestructuración tiene como objetivo el aumento de la competitividad. "Todas las medidas van dirigidas a aumentar la competitividad de la compañía, a poder seguir dedicando grandes inversiones para desarrollar unos productos de diseño atractivo, avanzados tecnológicamente y asequibles para nuestros clientes, para alcanzar el compromiso de ofrecer un producto con la calidad", concluyó.