Desde hoy, todos aquellos conductores que sufran un percance en las carreteras de Sevilla y seis comunidades --incluida Aragón-- se verán obligados a abandonar sus vehículos en los arcenes ya que ninguna grúa irá a por ellos. Este es el resultado del fracaso de la negociación mantenida ayer entre los gruistas y las compañías aseguradoras. El panorama para los usuarios es desolador ya que el próximo fin de semana tendrá lugar la operación retorno.

Las casi cuatro horas de reunión se convirtieron ayer, una vez más, en un diálogo de sordos. Las aseguradoras se negaron a aceptar las reclamaciones de los gruistas, que pedían un aumento de las tarifas. Estas, que rondan los 23 euros, "son las más bajas de Europa, están congeladas desde hace 10 años y no sirven siquiera para cubrir gastos", según los propietarios de las grúas. Este sector está formado por unas 5.000 pequeñas y medianas empresas, de las cuales unas 280 están en Aragón. Una vez rotas las negociaciones, los gruistas explicaron que su siguiente paso será acudir a las consejerías de Trabajo de las autonomías.

TODA ESPAÑA Tras el fallido encuentro, los propietarios de las grúas anunciaron que la huelga que ya se está llevado a cabo desde el 27 de julio en Euskadi y desde el 22 de agosto en Asturias se extenderá hoy a Aragón, Cataluña, Castilla y León, La Rioja, Comunidad Valenciana, Madrid y Sevilla. El resto de autonomías lo harán en unos días.

Técnicamente no se trata de una huelga sino de paro empresarial porque quienes lo convocan no son asalariados sino empresarios. En cualquier caso, las asociaciones de consumidores la criticaron y la calificaron de "ilegal". No fue la única reacción al fracaso de las negociaciones. Los usuarios de la banca insistieron ayer en que el conflicto puede conllevar un aumento de las pólizas de seguros.

El presidente de la Asociación Aragonesa de Asistencia en Carretera (Aarac), Arsenio Borao declaró ayer tras la reunión: "Las aseguradoras se nos han reído, no han querido negociar nada. Es ridículo. En Aragón comenzamos el paro indefinido". Rafael Merino, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Asistencia en Carretera (ANEAC), Rafael Merino, explicó que sólo se retirarán de la calzada aquellos coches que "sufran un accidente y supongan un peligro para la seguridad vial". "En todo caso --añadió-- estos vehículos no serán trasladados a los talleres sino que los dejaremos en el arcén". Si el conductor sufre una "simple avería" y puede mover el coche "con sus propias manos", las grúas ni siquiera acudirán a cubrir el servicio.

Las dos partes enfrentadas --los empresarios que convocan el paro y la patronal de las aseguradoras, Unespa-- pidieron ayer disculpas a los usuarios que se verán perjudicados. Ambos sectores son conscientes de que la huelga se produce en un momento especialmente complicado: el retorno de las vacaciones. En la reunión de ayer, los propietarios de las grúas esgrimieron dos estudios de la Universidad de Alicante y el Ministerio de Fomento en los que se explica que la tarifa mínima por servicio debería ser de 56 euros. Los gruistas tenían pensado reclamar 44. Si aun así Unespa no aceptaba, pretendían rebajar la cifra a 35, aunque con concesiones laborales. Al final, todo se fue al traste.

La presidenta de Unespa, Pilar González, explicó que la postura de las aseguradoras era la de "elaborar un estudio" para comprobar la viabilidad de las tarifas actuales y las que exigen los gruistas.