Hay muchas ocasiones en que el germen de una acción nace en el seno de otra opuesta. "En el seno de la paz verdadera y honda es donde sólo se comprende y justifica la guerra; es donde se hacen sagrados votos de guerrear por la verdad, único consuelo eterno; es donde se propone reducir a santo trabajo la guerra. No fuera de ésta, sino dentro de ella, en su seno mismo hay que buscar la paz; paz en la guerra misma", aseguraba Unamuno en su primera novela, Paz en la guerra.

Sin entrar en el cuestionable planteamiento del intelectual bilbaíno, sí es cierto que el movimiento pendular es consustancial a la vida. Se puede ver, sin ir más lejos, en el movimiento de los mercados. Es habitual que, tras muchas jornadas de bajada, se produzca una subida, y también lo contrario. Los famosos rebotes y correcciones.

Ayer tocó uno de los primeros, tras las fuertes bajadas de la semana pasada. Lo relevante en estos casos es calibrar si se trata de un cambio de tendencia o un episodio puntual. Visto lo visto, tiene más pinta de lo segundo, porque las incertidumbres que provocaron las fuertes caídas siguen sin estar despejadas. El respiro en el conflicto entre Ucrania y Rusia y la tregua en el de Gaza dieron ayer alas a los compradores, pero la resolución de ambos sigue sin estar clara.

Así las cosas, el Ibex 35 subió el 0,88%, hasta los 10.193,5 puntos, apoyado en las constructoras, mientras que la prima de riesgo bajó a 147 puntos, con el interés del bono en el 2,47%.