Los 7,8 millones de pensionistas que hay en España perdieron "al menos" un 28% de poder adquisitivo durante los últimos cuatro años, según datos provisionales del análisis encargado a la empresa de estudios de mercado Demoscopia por la Unión de Jubilados y Pensionistas (UJP) de la UGT.

El estudio trata de averiguar el impacto real de la inflación en las rentas de los pensionistas. Con un presupuesto de 36.000 euros (seis millones de pesetas), el trabajo analiza la evolución de los precios en la treintena larga de productos y servicios que este colectivo consume de forma habitual.

El responsable de la UJP, José Antonio Alonso, sostiene que hay subidas de precios que producen una erosión mucho mayor que otras en el coste de la vida de los jubilados. La mayor parte del gasto de los pensionistas se circunscribe a la alimentación y al vestido, por encima de otros bienes de consumo como el transporte, el ocio, la enseñanza, la vivienda y la sanidad, que no es habitual entre ellos, porque están subvencionados o les salen gratis.

Los primeros datos que arroja este estudio revelan que el nivel de vida de los pensionistas bajó un 7,4% en el 2003 por el efecto de la subida de los productos básicos. "Y eso que la inflación del año pasado fue la mejor de la legislatura, porque en el 2002 subió al 4%, en el 2001 estuvo en el 2,7% y en el 2000 fue también del 4%", recuerda Cándido Méndez, secretario general de la UGT.

A la luz de lo que indica el índice de precios de consumo (IPC) de los últimos cuatro años, los alimentos sin elaborar experimentaron subidas que oscilan entre el 6,1% y el 7% cada año. Frente a estas alzas, el Seguro aumentó las prestaciones igual que la inflación, es decir entre el 2,6% del año pasado y el 4% de los años 2000 y 2002.

Pero la UJP prefiere manejar los datos del seguimiento mensual de precios de los alimentos que elabora el Ministerio de Economía. Esta encuesta desvela un encarecimiento medio del 10% en los productos alimenticios más básicos, aunque algunos, como los huevos (20,87%), las patatas y sus derivados (19,5%) y las frutas frescas (12,2%), subieron muy por encima de ese promedio.

Además, los supuestos beneficios de las reformas fiscales han pasado de largo para cuatro millones de pensionistas que no tienen que hacer la declaración de la renta y que, sin embargo "sufren el aumento de los impuestos indirectos" en los artículos que compran, dice Alonso.

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