Los últimos 12 años de la gestión de Caja Inmaculada (CAI) parecen haber no existido. Al menos, eso es lo que se desprende de las insólitas declaraciones realizadas la pasada semana por los expresidentes de la entidad entre los ejercicios 2000 y el 2010: Fernando Gil (2000-2006), Rafael Alcázar (2006-2008) y Antonio Aznar (2008-2010). Salvo alguna excepción, hicieron gala de una pérdida absoluta de memoria. "Nunca supe que tuviésemos 70 sociedades participadas, ni siquiera la mitad. Me quedé pasmado cuando lo leí en la prensa", llegó a decir Gil en las Cortes. Pero esa solo fue una de las perlas que se pudieron escuchar. Hubo algunas más.

Especialmente llamativo resultó que durante su comparecencia en la Comisión de Investigación, los máximos responsables de CAI no recordasen donde fueron a parar, al menos, una parte de los 3.000 millones de inversión inmobiliaria --el presupuesto de Aragón para el 2014 es de 4.634 millones de euros-- llevada a cabo durante esa década, ni qué fue de las abultadas retribuciones aplicadas a los directores generales y adjuntos a la dirección.

Más comparecientes

Hoy, las Cortes de Aragón recibirán a nuevos directivos. En este caso a presidentes y vicepresidentes de la Comisión de Control, responsables de las auditorías internas y de riesgos crediticios. Pero existe la posibilidad (nada descartable) de que estos y los que lleguen en los próximos días también tengan el disco duro formateado. Eso, por no hablar de la ausencia de archivos documentales, puesto que la dirección de CAI todavía no ha remitido esos papeles a los miembros de la Comisión de Investigación. Las actas de los principales órganos de gobierno de la entidad no han aparecido aún, pese a que ya se ha realizado el segundo requerimiento a la caja para que facilite esa información. Algo que, por cierto, no ha sentado nada bien a los miembros de la comisión.

Si no fuese porque los datos son testarudos y señalan que la entidad perdió casi todo su valor en aventuras inmobiliarias más que dudosas cualquiera diría que aquellos desmanes en la gestión del ladrillo nunca existieron. La caja sumaba unos activos de 11.000 millones de euros en el 2009 y su valor pasó a ser solo de 100 millones al integrarse en Ibercaja. ¿Dónde fue ese dinero?

Los grandes promotores inmobiliarios de Aragón salieron a relucir en la comparecencia de la semana pasada y lo harán en las siguientes. Forcén, Machín, Nozar, Lacasta...El listado es largo, pero las evasivas de los expresidentes también lo fueron.

A la espera de Montes

El mes de julio se iniciará con la declaración, entre otros, de los exdirectores generales, Luis Calvera y Tomás García Montes. El martes será uno de los días señalados a la espera de lo que puedan llegar a decir. Además, también hablará el exadjunto a la dirección, Juan Antonio García Toledo, en el ojo del huracán por su pensión millonaria, aunque los máximos responsables de la caja quitan hierro a este tipo de cuestiones.

El expresidente Gil ya lo advirtió la semana pasada: "En cualquier empresa de electrodomésticos los clientes tienen hasta un 40% de descuento. Pues eso, hay retribuciones en dinero y en otras cosas. Situaciones como estas te puedes llegar a encontrar en muchas entidades".