Las alarmas se volvieron a disparar ayer en los mercados mundiales de petróleo. El barril de crudo alcanzó nuevos máximos al trascender que la petrolera rusa Yukos deberá paralizar sus exportaciones debido a la crisis que atraviesa. Conscientes del peso que ha adquirido el oro negro ruso en el comercio internacional, los precios emprendieron una subida que llegó a superar el 3% en algún momento de la jormada.

El barril de Brent alcanzó los niveles más altos desde la guerra del golfo pérsico en 1990, hasta los 39,68 dólares. El petróleo de EEUU llegó hasta los 43,05 dólares, una cotización sin precedentes desde que el mercado de Nueva York creó el contrato de futuros de crudo en 1983.

En los mercados se impuso el temor de que el parón exportador de Yukos deje a todo el mundo sin más capacidad adicional a la que recurrir si es necesaria más producción. De hecho, la OPEP ya produce al nivel más alto en 25 años.