El precio del petróleo, que ha pasado de estar por encima de los 110 dólares por barril en julio a situarse en el entorno de los 60 dólares el viernes (caída del 45%), constituye el principal impulso añadido con que no contaba el Gobierno español cuando formuló su previsión de crecimiento del 2% para el 2015, en septiembre pasado. El Presupuesto del Estado se construyó sobre la hipótesis de un barril a 104 dólares.

Los servicios de estudios estiman que, con los nuevos precios, la economía española se ahorrará más de 10.000 millones de euros, que aportarán un crecimiento adicional del PIB de entre 0,5 y 0,8 puntos.

Si bien es cierto que este impacto está matizado por la depreciación del euro, también lo es que un tipo de cambio de la moneda única por debajo de 1,24 dólares, como el actual, servirá de impulso para el comercio exterior. Los analistas añaden de 0,3 a 0,4 puntos al crecimiento por este segundo factor.