La economía española ha crecido otro 0,7% en el segundo trimestre del año, con lo que ya encadena cuatro trimestres consecutivos avanzando a este ritmo, según estimaciones del Banco de España recogidas en su informe trimestral sobre la economía española, publicado ayer.

El organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos percibe, sin embargo, señales de «cierto debilitamiento» del consumo privado en el tramo final del segundo trimestre «como consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo que se deriva del repunte de la inflación». Y todo ello a pesar de que la mejora sostenida del empleo sigue apoyando las rentas de los hogares y de que se mantiene el fácil acceso al crédito por parte de familias y empresas con unos tipos de interés muy próximos a sus mínimos históricos.

En el mes de mayo la inflación se situó en el 2,1%, desde el 1,2% de marzo, impulsada por los precios energéticos y de alimentos no elaborados. Frente a esto, la remuneración media por asalariado solo había registrado un avance del 0,4% en el primer trimestre y aunque el Banco de España estima una aceleracion de este indicador hasta el 1% en el segundo trimestre, se constata que los sueldos siguen creciendo más despacio que los precios.

En contraste con los síntomas de debilitamiento en el consumo, el Banco de España aprecia cierta recuperación en la inversión en bienes de equipo tras la atonía registrada en la primera parte del año.

DESACELERACIÓN / El avance trimestral del 0,7% estimado para la economía española en el segundo periodo del año enlaza con la tendencia a la desaceleración que pronostican todos los servicios de estudios después del avance del 3,3% y del 3,1% registrado por el PIB en el 2016 y el 2017. Así, el Banco de España estima un avance del 2,7% para este año; del 2,4% para el 2019 y del 2,1 % en el 2020.

La tendencia a la desaceleración de la economía en los próximos años se vincula con «el alza reciente del precio del petróleo, una contención gradual de los ritmos esperados de avance de los mercados exteriores y un cierto atemperamiento del impulso expansivo procedente de la política monetaria».

En su último informe, el Banco de España calcula que el empleo habría aumentado algo su ritmo de avance trimestral, hasta el 0,6%, si bien en comparación anual sigue desacelerándose, ya que habría crecido un 2,3% interanual, tres décimas menos que el trimestre precedente.

Por su parte, el incremento de la inversión empresarial se situaría en el entorno del 1% trimestral, frente a la caída registrada entre enero y marzo, en tanto que la inversión en vivienda habría sido elevada, pero algo menor que en trimestre precedente. La actividad empresarial muestra un ritmo de expansión superior al de inicios de año, con una aceleración mayor en las ramas de la industria y la energía. Detrás de la moderación del sector exterior, se encuentra un menor vigor de la economía mundial.