La economía rusa empieza a sufrir los efectos de las sanciones internacionales. El PIB se contrajo un 0,5% en noviembre, lo que significa que "entró en terreno negativo por primera vez desde octubre del 2009", según anunció el Ministerio de Economía.

El ministerio indicó que esta contracción obedeció, entre otras causas, a la brusca disminución de los ritmos de crecimiento de la industria transformadora y a la persistencia de tendencias negativas en los sectores de la construcción, el comercio mayorista y la agricultura. Además, en noviembre se registró una caída de la inversiones en el capital principal de un 1,9% respecto del mes anterior.

No obstante, según Economía, entre enero y noviembre el PIB del país que preside Vladimir Putin, se ha incrementado en un 0,6%. Las previsiones, tanto de organismos internacionales como de las autoridades rusas, coinciden en que la economía rusa crecerá en torno a un 0,5%.

Pero las previsiones para el 2015 no son halagüeñas. El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, advirtió la semana pasada del riesgo de que Rusia caiga en una "profunda recesión" y acusó a países de obstruir el desarrollo económico de Rusia, en alusión a la sanciones por su postura en la crisis ucraniana. A las sanciones se ha unido el desplome de los precios del petróleo, de cuyas exportaciones depende enormemente Rusia.

El exministro ruso de Finanzas Alexéi Kudrin, uno de los economistas más prestigiados, ha avisado de que Rusia está entrando en una "crisis económica en toda regla". Según sus cálculos, incluso si los precios del barril de petróleo vuelven a los 80 dólares, la caída del PIB ruso en el 2015 "será del 2% o más", y si los precios rondan los 60 dólares, "el PIB caerá el 4% o más".