La plantilla de Cardinter, firma aragonesa del sector textil ubicada en la carretera de Madrid, comenzará mañana una huelga indefinida como protesta por los reiterados impagos de sus nóminas y la presentación de un ERE de extinción que contempla el despido de 40 de sus 52 trabajadores. El objetivo del comité es negociar el ajuste "lo más rápidamente posible porque la gente está cansada" e intentar que puedan abandonar la empresa "todos los voluntarios que quieran hacerlo".

La empresa incumplió el 5 de abril el acuerdo alcanzado en febrero en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), por el cual se comprometía a abonar en plazos las siete nóminas que llegó a deber a sus trabajadores (a razón de tres sueldos en un primer pago de vez y una nómina y media cada mes hasta octubre). Así, su propietario faltó a su palabra a pesar de haber logrado el respaldo de Avalia --por una cantidad de 300.000 euros-- que le permitió lograr la refinanciación de su deuda con varias entidades financieras. Gracias a este pacto, consiguió entonces que sus empleados abandonaran una huelga de siete semanas. Plantilla y sindicatos sospechan de que su intención es "deslocalizar la actividad" a una fábrica que tiene en Túnez.