El sindicato alemán del metal IG Metall y el grupo alemán Volkswagen llegaron ayer a un acuerdo sobre el convenio colectivo. El pacto recoge que los trabajadores congelarán los salarios durante los próximos 28 meses, a cambio de una garantía de seguridad en el empleo. El negociador de los trabajadores, Hartmut Meine, reconoció que los sindicatos "han tenido que tragar sapos", y dio a entender que no les quedaba otro camino, ya que las negociaciones "fueron duras". Meine destacó que el magro acuerdo sólo se logró gracias a la presión sindical y a las huelgas de advertencia que han realizado los trabajadores.

El sindicalista destacó que el acuerdo permite que la plantilla siga trabajando como ahora hasta el 2011, cuando finaliza el programa de ahorro que ha propuesto la compañía germana. Los empleados recibirán también una paga única de 1.000 euros.

Por lo tanto, los trabajadores han aceptado un acuerdo que está por debajo del nivel actual de salarios, en su día negociado con la dirección de Volkswagen. Sin embargo, según los dirigentes sindicales "está por encima de los niveles para la industria del metal en el estado de Baja Sajonia, donde tiene su sede la empresa automovilística". El acuerdo es válido para 103.000 empleados de la compañía en Alemania.