Hace unos años, la revista New Scientist convocó un concurso para buscar qué frase debería pronunciar el primer humano que pise Marte. La carga histórica y simbólica del "este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad" de Neil Armstrong en la luna es difícil de batir y pensaron que convenía empezar a darle vueltas, aunque no se espera que ese hito se produzca a corto o medio plazo.

Valga este ejemplo para subrayar el poder que los humanos otorgamos a ciertas palabras dichas en el momento oportuno. Pero también para exponer lo absurdo que puede resultar pensar en frases vacías de futuro: "Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio", como dijo Jesús según la Biblia.

Los inversores, así, no contaban ayer con que Mario Draghi les deparase ninguna sorpresa positiva. Sus primeras palabras, de hecho, provocaron que las bolsas cayeran y el euro subiera. Pero de repente, lo inesperado: el presidente del BCE apuntó que en junio podrían tomarse medidas excepcionales y los mercados se revolucionaron. Esperemos que el banco central cumpla su promesa, por aquello del riesgo de las palabras vanas...

Ante la nueva expectativa generada por Draghi, el Ibex 35 repuntó el 1,7%, hasta los 10.591,2 puntos, mientras que la prima de riesgo bajó hasta los 145 puntos básicos, apoyada por la buena subasta del Tesoro.