No es la primera vez que el BCE pone a disposición de las entidades financieras una barra libre de liquidez sin que ello haya servido para estimular el crédito. Ya lo hizo en el 2011 y el 2012. Existen razones que llevan al BCE a pensar que ahora puede ser distinto.

Ya no será posible tomar dinero barato (en torno al 0%) y destinarlo a comprar deuda pública (carry trade). Los bancos que no alcancen los objetivos mínimos de nuevos créditos (sin contar hipotecas) fijados por el BCE deberán devolver el préstamo anticipadamente. Y el tipo negativo que el BCE impone para los depósitos que recibe de los bancos (-0,20%) debería llevar a estos a buscar la rentabilidad en su negocio natural, dar créditos.Con todo, el propio presidente del BCE, Mario Draghi ha admitido que los efectos positivos en la economía real de las nuevas medidas se notarán "en el plazo de tres o cuatro trimestres".