El Gobierno de Rajoy sigue sin pronunciarse sobre la posible compra de Opel por parte de PSA, a pesar de que el futuro de dos de las principales plantas españolas -Vigo (PSA) y Figueruelas (Opel)- está en juego. Ayer, el ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró que este asunto no había sido tratado en el Consejo de Ministros celebrado ayer. De hecho, y preguntado sobre las negociaciones, reconoció que «no tiene noticia de ello» y dijo que se iba a «enterar» para poder dar una «respuesta».

El silencio e inacción del Gobierno central contrasta con la respuesta de los ejecutivos de Francia, Alemania y Reino Unido. Precisamente, el presidente del grupo francés PSA Peugeot Citroen, Carlos Tavares, dio ayer garantías en Londres a los sindicatos británicos de que su proyecto para comprar Opel/Vauxhall, si se lleva a cabo, respetará los acuerdos existentes en la filial europea de General Motors. Así, reafirmó su intención de desarrollar aún más la marca Vauxhall. Este contacto con los sindicatos británicos, precisaron, se llevó a cabo «en el marco del diálogo que PSA quiere desarrollar con los interlocutores institucionales y sociales».

SINDICATOS EUROPEOS

En este sentido, el comité europeo de Opel se mostró ayer partidario de abrir una línea de comunicación con la dirección de recursos humanos de PSA, en busca de información acerca del futuro de los trabajadores. Con todo, el comité valora el compromiso de la francesa PSA de mantener los contratos y las garantías en todos los países y fábricas europeas.