El G-20 constató ayer el impacto del alza del petróleo sobre el crecimiento mundial y llegó a la conclusión de que los efectos serán especialmente perniciosos en los países en desarrollo. El presidente del Banco Mundial, James Wolfenshon, ya había indicado que los elevados precios del petróleo están teniendo repercusiones dramáticas para los países del Tercer Mundo. El ministro de Finanzas de Alemania, Hans Eichel, informó ayer de que el G-20 ha propuesto que los países ricos "replanteen" las ayudas que transfieren a los países más pobres.

El análisis sobre la evolución de la economía mundial concluyó en que "el crecimiento seguirá fuerte en el 2005, si bien algo más débil que en este año", por el petróleo.