El precio del petróleo se encuentra en niveles mínimos, no vistos en casi cuatro años, a causa de la debilidad de la economía mundial y el aumento de la producción en algunos países. El Brent de Mar del Norte, la variedad de referencia europea, llegó a caer el pasado viernes hasta un mínimo de 88,11 dólares en el Intercontinental Exchange (ICE). Marcaba de esta manera su nivel más bajo desde el 1 de diciembre del 2010, cuando llegó a situarse en los 85,41 billetes verdes. Aunque al finalizar la jornada, el Brent consiguió recuperarse y cerrar en 90,21 dólares, es probable que en los próximos días los niveles sigan siendo bajos, ya que persisten los temores en torno a la economía global (y en especial de la zona euro) y la percepción, por parte de los inversores, de que hay un exceso de suministro de crudo frente a una decreciente demanda.

Por su parte, los usuarios notarán poco los efectos de este desplome, si vuelve a ocurrir lo que en más de una ocasión ha denunciado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), de que las subidas en las cotizaciones internacionales de los carburantes se trasladan con mucha velocidad a las gasolineras, mientras que las bajadas tardan más tiempo en apreciarse.