La bajada del precio del petróleo se mantiene. El precio del barril de crudo de la OPEP registró este miércoles un descenso del 1,2% con respecto a la jornada anterior y se situó en 67,31 dólares. El precio del 'oro negro' de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sigue recortándose de manera casi continuada desde finales de junio y se mantiene en los niveles más bajos de los últimos cinco años. El Brent se encuentra en el entorno de los 70 euros por barril. El petróleo vuelve a ser el principal elemento de presión geostratégica mundial, como en la crisis del 73. Los países más afectados son Venezuela, Iran o Rusia, frente al bloque de EEUU y Arabia Saudí, especialmente (que se dice es capaz de recortar los precios hasta los 30 euros y seguir teniendo beneficios).

LAS RAZONES DE LA CAÍDA

Frente a los que piensan que la caída del petróleo supone un balón de oxígeno para las átonas economías europeas, lo cierto es que el desplome del precio internacional es una señal de alarma seria ante el devenir de los próximos meses. Dos son las causas principales de la caída y la principal es la menor demanda, por el recorte de actividad económica generalizada a escala mundial. Esa caída del consumo (en el que también pueden incluir el alza de otras fórmulas energéticas alternativas), es un motivo real de alarma internacional para la mayoría de economistas.

PRESIONES GEOESTRATÉGICAS

La otra razón de la caída puede englobarse en presiones geoestratégicas a escala mundial. Existe una clara división entre los países que presionan para rebajar la producción y proteger así el precio del crudo, como Venezuela, y los que, como Arabia Saudí, han afirmado que se encuentran cómodos con el barril de petróleo en niveles de 80 dólares. La extracción es tan barata en Arabia Saudí que consiguen beneficios hasta con precios del orden de 20 euros el barril.

MOTIVACIONES POLÍTICAS

Un informe de Nomura incluye posibles motivaciones políticas de Arabia Saudí para mantener los precios del petróleo especialmente bajos. Según los expertos de este banco de inversión, el objetivo es dañar a Rusia y el suministro a Europa, recortar el atractivo de las fórmulas alternativas de extracción de fuentes energéticas (como el 'fracking' o la extracción de aguas profundas del golfo de México) o perjudicar a Irán, que persigue introducir un mayor peso de la energía nuclear en los países árabes.

CONTRA RUSIA Y VENEZUELA

Tras esas causas/consecuencias, la estabilidad mundial puede llegar a verse afectada. En el caso de Rusia, el gas y el petróleo representan la mitad de los ingresos del Estado. En Venezuela, la caída del precio del petróleo tiene un efecto directo en el bienestar de la población, lo que puede conducir a una mayor intestabilidad política. Mientras estos países presionan para un recorte de la producción, esa medida se hace esperar por parte de los grandes productores de la OPEP.

Los suministros de petróleo de la OPEP cayeron 340.000 barriles por día en noviembre ante una débil recuperación en la producción de Libia, según un sondeo de Reuters. Arabia Saudita y otros miembros clave destacan su intención de defender las cuotas de mercado, salvo que los países que no pertenecen a la organización (como Rusia) no acepten rebajar también su producción.

DESDE EUROPA

Para Europa, la caída del precio del petróleo afianza el entorno deflacionario. Sin embargo, ni las petroleras repercuten la bajada, ni los canales de distribución aplican recortes de manera automática pese a la mejora de los márgenes comerciales. El efecto de la rebaja de los precios del petróleo tiende a perjudicar a valores tradicionales de las carteras de acciones. La petroleras intentan compensar la caída de cotizaciones con mejores márgenes comerciales, pero es posible que los mercados de renta variable tengan dificultades en mantener en posiciones saneadas los índices generales.