"Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron". Es el bello inicio del Evangelio de San Juan, que a lo largo de los siglos ha cautivado hasta a personas muy alejadas de la religión. La palabra (o el verbo) está antes que la acción y la provoca, viene a decir el texto. Un mensaje que se ajusta muy bien a lo que sucedió ayer en los mercados. El BCE no hizo nada, pese a las expectativas que se habían creado, pero las palabras de su presidente bastaron para que los inversores se lanzaran a comprar.

Mario Draghi sorprendió al anunciar que el consejo de gobierno de la institución está unánimemente de acuerdo en tomar medidas excepcionales contra la deflación si es necesario, cuando existe la idea de que el banco central alemán se resiste a ello. Los inversores se frotaron las manos cuando el mandatario aseguró que se habían discutido medidas como introducir tipos negativos o un programa de compra de activos al estilo del de EE.UU. Con los bancos al alza gracias a estos mensajes, el Ibex 35 subió el 1,42%, hasta los 10.584,1 puntos, en el nivel más elevado desde mayo del 2011. La prima de riesgo cayó a los 162 puntos básicos. Veremos qué nos depara la palabra.