Las plantaciones de fruta de hueso no han dejado de crecer en Aragón en los últimos años. La producción de nectarina, por ejemplo, casi se ha duplicado en la comunidad al pasar de 85.000 toneladas en el 2005 a 156.000 en el 2016, un dato que demuestra por sí solo el boom de estas explotaciones. Según datos facilitados por el departamento de Desarrolo Rural del Ejecutivo autonómico, en el 2005 había en la región 15.480 hectáreas de melocotón y nectarina, mientras que en el 2016 la cifra ascendió a 20.890.

Así, Aragón, que cuenta con 5.600 explotaciones de fruta dulce, ha pasado de producir en este tiempo 200.000 toneladas de melocotones, paraguayos y platerinas a recoger 268.000 toneladas.

Las organizaciones agrarias consideran que, en buena parte, este fuerte incremento se ha debido a la llegada de grandes empresas que nada tenían que ver con la actividad y que han decidido diversificar e invertir en el sector. «Ellas están detrás de la mayoría de las héctáreas que se han plantado en los últimos años en Aragón», indica el responsable de fruta de UAGA Aragón, Vicente López, que apunta que el aterrizaje de estas compañías (muchas relacionadas con la construcción) han «desestabilizado» el sector. «Ahora lo estamos pagando los pequeños agricultores», lamenta.

El aumento de la producción ha chocado frontalmente con el veto ruso, un mercado que absorbía el 30% de la fruta de hueso de Aragón y cuyo cierre de fronteras representa la causa principal de la actual crisis. Todo ello, unido a las «prácticas especulativas» de las grandes empresas de distribución, ha generado un desplome de precios que va a impedir a miles de agricultores hacer frente a sus costes de producción.

LA BÚSQUEDA DE SOLUCIONES

Los productores son conscientes de que la actual crisis es estructural, por lo que apuestan por plantear un debate sosegado para buscar soluciones. En este sentido, el secretario general de UAGA, José Manuel Penella, aboga sobre todo por mejorar las estructuras comerciales pero no descarta regular y limitar plantaciones. Con todo, subraya que lo fundamental ahora es intentar salvar esta campaña. «Y la única forma de lograrlo es que Bruselas amplíe los cupos de retirada», insistió.

El director de Mercofraga, Sergio de Dios lamenta que de momento no se ha conseguido «recolocar» en otros países la producción que se vendía en Rusia y apuesta por «limitar las plantaciones y, por supuesto, dejar de subvencionar las nuevas». «Si esto sigue así se arruinarán muchos agricultores, por eso creo que es mejor que la administración actúe como ya hizo con el viñedo», señala.

No opina lo mismo López: «Todo se puede debatir, pero que no me digan que me tengo que regular por culpa de los que han llegado al sector hace tres años».

El consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, tampoco es partidario de limitar las plantaciones y considera que el problema no es tanto de sobreproducción como de «falta de estructuras comerciales».

Por su parte, José Peralta, un fruticultor de Fraga, tampoco aboga por regular las plantaciones e insiste en que el problema es comercial: «Hay que plantearse de una vez por qué los políticos llevan cuatro años sin solucionar el veto ruso».