Los tipos de interés van a seguir bajos durante mucho tiempo --según el Banco Central Europeo-- y en este contexto, muchos pequeños inversores se pueden ver tentados a optar por productos financieros con una rentabilidad más atractiva de la mínima que seguirán ofreciendo los depósitos. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es consciente de ello y para evitar que se pueda volver a repetir la historia negra de la colocación de las preferentes entre ahorradores inexpertos se prepara para redoblar su vigilancia sobre las entidades financieras.

"Estamos intentando que quien compra sepa lo que hace", explicó ayer su presidenta, Elvira Rodríguez. Una de las principales novedades es que cuando una entidad venda un producto con una rentabilidad condicionada a la evolución de otros índices (producto estructurado) no bastará con informar al ahorrador sobre los retornos posibles. La firma deberá explicar por escrito al cliente la probabilidad de lograr unos intereses u otros.

No bastará, así, con indicar que la rentabilidad del producto financiero podrá oscilar entre el 1% y el 4%, por ejemplo. Habrá qué indicar qué probabilidad hay de obtener el 1%, el 4% y otras rentabilidades intermedias. También habrá que decirle al cliente qué pasaría con el producto si lo vende al día siguiente de comprarlo. Y sobre todo, habrá que indicar de forma destacada la posibilidad de incurrir en pérdidas o liquidaciones negativas. Además, el cliente deberá ser informado de las posibles dificultades para obtener liquidez y de las posibles consecuencias de intentar vender o cancelar de forma anticipada el producto financiero, incluido el pago de comisiones o recargos.

ANTES DE FIN DE AÑO La CNMV, según fuentes del organismo, quiere sacar a consulta pública el borrador de la norma que incluirá esta y otras medidas de transparencia y sobre el riesgo y la complejidad de los productos antes del verano o en septiembre como muy tarde, para poco después hacer lo mismo con la circular definitiva y que, una vez consultado el Consejo de Estado, pueda entrar en vigor antes de que acabe el año.

La medida de la proyección de rentabilidades con la probabilidad de obtenerlas se une a otras ya anunciadas, como la utilización de un sistema de banderas de colores --similar al utilizado en los electrodomésticos para señalar su eficiencia energética-- para indicar el grado de riesgo que supone al inversor. Además, habrá una clasificación objetiva de productos para ver si son adecuados para el pequeño inversor. En los que precisen de asesoramiento especializado para ser contratados, deberá constar que así ha sido de forma manuscrita.

En un curso de la APIE y el BBVA en la UIMP, Rodríguez apuntó que en los últimos tiempos están llegando al mercado "algunos productos muy complejos" procedentes del extranjeros y destinados en principio a inversores de rentas altas. Según desveló, la CNMV ha frenado la venta de uno: "Cuando desnudas al rey y lo ves desnudo te dicen que --así no lo vendo--. Pues si no lo vas a vender mejor lo retiras".

La exministra admitió que España debe hacer "autocrítica" sobre las "severas deficiencias" en regulación y supervisión que ha destapado la crisis financiera. Con todo, apuntó que bajo su mandato tampoco se hubieran prohibido las preferentes, pero sí se hubiera analizado bien "si el inversor objeta era el ahorrador de libreta".