Tanto la dirección de la compañía automovilística como los sindicatos firmantes del plan industrial de Opel España (UGT y OSTA) insistieron desde su firma en febrero del 2002 en el valor de dicho programa como garantía de futuro de la factoría de Figueruelas. En este sentido, ambas partes siempre han recordado que, sin el mismo, no hubieran podido evitarse 15 días de expediente de regulación en el año de su rúbrica. También han señalado que no hubiera sido posible el mantenimiento como empleados de Opel de los trabajadores de las áreas externalizadas por el Plan Olympia, la adjudicación del Meriva, la creación de empleo o la puesta en marcha de varias medidas sociales.